Mi
patria, mi tierra, mi nación, siéntete orgullosa.
Por: Andrés Arias Gómez
“Podéis arrancar al hombre de su país, pero no
podéis arrancar el país del corazón del hombre.”
John Dos Passos
¡Oh mi patria bella!
no te dejes corromper por palabras ignorantes y sin honor. Sube la bandera, con
un suspiro que llegue al alma, la cabeza en alto y que no nos importe los
rumores y susurros, pues nada más dañan nuestra conciencia; los entes que viven
en este territorio, trabajadores y llenos de cariño hacia el país que los vio
parir, no se idolatraran, pues conocen la presencia, de nuestro Dios, magnífico
y lleno de luz. No esperemos flores de otras tierras, pues nada más recibiréis
lastima y una mirada cegadora capaz de hacer paralizar cualquier escorpión
lleno de veneno. Miremos la bandera sonriamos, lloremos, y cantemos nuestro
himno con la censura más bella que podáis conocer.
En este momento me
siento orgulloso, más que nunca. Nuestras gentes, guerreras por convicción y
excelencia, encuentran su paz en el trabajo y su regocijo en el bien común,
presentes, estamos en todo el mundo, nuestros escritores, atletas, músicos y pensadores destilan estrellas sin más pudor que el amor a esta tierra. Se alistan
especialistas en todas las ciencias, y no en la guerra. Dejémonos de tristezas,
miremos a los cielos y demos gracias a nuestro Dios soberano por permitirnos desenvolvernos
en este ambiente lleno de alegría; no escuchéis palabras de personas necias y
sin luz, pues nada más corrompe el alma y no te deja observar la realidad en la
que estamos presentes.
Mi patria, siéntete orgullosa
de nuestra historia, y no hagáis tertulia de las noticias maliciosas, de otras
tierras, que nada más buscan vuestro fin. Naufraguemos en el pensamiento de
nuestros antecesores, los cuales nos han otorgado la libertad, las brisas nos
recuerdan el 20 de julio, la muerte de nuestro ciudadano libre Bolívar, la
dictadura de Rojas Pinilla, pues él le a dado, la fuerza y convicción a la
belleza femenina de votar, el resto de tierras se envolverá en odios y suspiros
llenos de dolor, de ver como la patria tocada por la divinidad superior
sobresale entre sus dolencias, como el ave fénix.
Mi tierra, no te
sientas sola, así sea por las personas ignorantes que no son dignas de vivir en
esta bella patria. Convirtámonos en lo locos del mundo, pues en esta realidad
se viven suspiros y gemidos de personas indolentes, luchemos por cosas que se
creen perdidas, ¡ya!, hora de la fraternidad, la igualdad y libertad, pues nos
esperan en el paraíso nuestros antecesores, no los desilusionemos, por ideas
banas y llenas de rencor. Seamos dignos de estar presentes en éste lugar divino,
nuestra patria nos ha brindado los más hermosos tesoros: la naturaleza, llena
de esmeraldas, café, caña de azúcar, aves, reptiles y anfibios. No nos
convirtamos en seres catatónicos.
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