Los libros son capaces de explotar al máximo nuestra imaginación, por ende es de vital importancia que desde pequeños se les incursione en el mundo de la literatura, relatándoles cuentos y poesías, al igual que ayudándoles a leerlas e inclusive a escribirlas, debido a que esto hará que el niño usé toda su capacidad de crear e imaginar y está comprobado que un infante mantiene un alto potencial de las mismas; al explorar nuevos mundos, hará que la mente funcione de una manera más optima y no tan “cuadriculada”.
Por
esto traigo al tema al gran cuentista y poeta colombiano: Rafael Pombo. Su obra
es extensa, reconocida a nivel mundial y primordialmente en la literatura
infantil. Cuentos tan famosos como: “El renacuajo paseador”, “Pastorcita”, “Mirringa
mirronga”, “Simón el bobito” y “La pobre viejecita”, nos hacen reflexionar
acerca de la clase de personas que somos, de una manera poética y divertida.
El renacuajo paseador (Rinrin renacuajo): Un cuento que nos habla de cómo somos de obstinados e irreverentes con nuestras madres y de cómo nos dejamos llevar por las malas amistades.
Mirringa mirronga: En este relato nos muestra como
nos preocupamos por atender a los demás de una buena manera. Pero a veces
recurrimos a pedir los objetos y decoraciones prestados, sin tener mucho cuidado
con estos, por lo que en algunas ocasiones los demás pasan por delante de
nosotros y nosotros sobre ellos.
La pobre viejecita: Esta fábula nos deja la enseñanza de cómo, a pesar de tener todas las riquezas posibles, no somos felices y andamos quejándonos por todo, dándonos a conocer Pombo que lo que importa es lo que hay dentro del corazón.
Por
esto y otras cosas es que debemos aprender de todo tipo de lecturas, “no juzgar
un libro por su portada”, ni por su tema, ni por el público al que va dirigido;
porque mientras tengamos nuestra mente cerrada, no brindaremos la oportunidad a
títulos fuera de nuestro círculo de interés.
Las fábulas son tal vez ese paso que cuando pequeños dimos hacia la vida, que nos permitieron experimentar los errores que nadie quiere que cometamos, una fábula no es una simple historia, es el reflejo de el futuro en las manos de los niños
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