¿Sombra u holograma?
Recuerda cada momento en el que estuve ahí, pero ya en estos soplos
considero que son pocos, sin embargo, me atrevo a ser como la Luna, a salir
todos los días, sin temor, sin clamor, sin pensar que dirán, si un día me veo
incompleto o en otros momentos totalmente nuevo, pues ya se, de antemano que
soy invisible, para unos cuantos y un holograma para los restantes. Mierda, que
cosa tan tenas darse cuenta, que los detalles que tengo con vos cada vez son
menos, y con el paso del tiempo vanos, catatónicos y pérfidos.
En estos instantes, imagino, como sería que no me despreciaras cada
cierto tiempo, pero que va, esas son solo ilusiones. No me atrevo a contárselo
a nadie, porque me atengo al qué dirán, solo por eso, nunca llegaré a ser ese
al que tantos has estado esperando, a ese por el cual te desvelas pensando por
las noches, como te hará sentir, cuando te abrase, cuando te bese, cuando pase
sus manos por aquella cintura, que me ha tenido, en un gran idilio, desde hace
mucho tiempo. Me atrevo a contarte, que las cosas por mi mente, están más
oscuras que nunca y no solo por ti, sino por situaciones adversas, que me
permito no contar, sin embargo la única luz, que desde hace más de 8 meses se
ha atrevido a iluminar esta celda, llena de murciélago, ogros, escorpiones y arañas,
se desvanece, tal vez por mi culpa, tal vez por la culpa…… solo mía.
Sospecho, que soy esa silla, de color café ocre, maltrecha, que solo
unas pocas personas se atreven a mirar y no por gusto sino porque no les cabe
en la cabeza como tan bella persona es capaz de tener algo tan espeluznante,
cerca de donde duerme, de conde vive la mayor parte de su tiempo, pero me da
aliento saber que cada cierto tiempo te sientas en aquella butaca, por gusto,
pero no pasa más de 5 minutos para que te pares, pues, que estupidez sentarse,
en una mierda tan incómoda, teniendo algo mejor, como sillones, de cuero fino,
traído desde esos animales que pocas veces vemos en esas provincias lejanas.
Saboreo, cada acto de desprecio hacia esta nada, carajo, me doy cuenta,
que solo son culpa mía, que tu cumples, con hacerme caer (aún más) en aquel
barranco, del cual no hay salida y lastimosamente, ya estoy más a dentro que a
fuera, como más de uno en esta corta vida de perro que nos ha tocado, solo a
algunos. Espero que te atrevas a venir a hablarme y decirme que me desprecias
es porque yo hago lo mismo, que si me miras mal, es porque yo lo hago, que me
dejas tirado al lado de la carretera, por no identificar entre nuestra relación
y un juego, pero no pierdas el tiempo porque no tengo respuesta, para cuando me
digas, espero que cambies, sin darte cuenta que la que ha cambiado eres vos, y
no te lo puedo decir, debido a que las sombras no hablan, solo viven para
seguir una presencia, a la cual que llega la luz iluminadora, escasa para
otros.
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