Alejo Carpentier
Aplicó
sus primeros estudios en su Cuba natal y a sus escasos 12 años se mudó a París,
donde en un comienzo estudió música junto a su madre, una pianista rusa, y al
retornar a su país se inclinó por la arquitectura, la carrera de su padre, pero
no la culminó.
Su
primer trabajo fue como periodista y se inició en los movimientos políticos de
izquierda, dando comienzo a su actividad en la literatura dirigiendo la revista "Carteles" en 1924 alternando con su otra pasión de toda la vida, la música. Fue llevado
a la cárcel bajo la dictadura de Machado en 1928 y al quedar libre escapó de la isla con pasos firmes hacia
París donde se exilió por diez años durante los cuales vió nacer obras como: “Ecu-Yamba-O”
que hizo pública en 1933, donde narra la vida de Menegildo Cue, un negro cubano
y con la que se inauguró como escritor.
En
1944 decidió radicarse en Caracas donde trabajó como locutor y periodista de
radio, siendo al tiempo profesor universitario y columnista de diarios y
revistas, mientras continuaba con la música contemporánea. Pasó una corta
temporada en Haití, regresando a Cuba en 1956, cuando triunfó la revolución
castrista. Aportó trabajo como diplomático para el gobierno revolucionario
cuando en 1966 fue elegido como embajador en París, Francia donde se quedó hasta concluir su obra, el 24 de abril 1980.
Entre
sus novelas destacamos “El Reino de Este Mundo” donde habla de la revolución cubana
como tema principal. “Los Pasos Perdidos” en 1953 el engañoso diario de un
músico en el Amazonas intentando entender la relación entre España y América secundando
la conquista española. Esta novela ha sido considerada como su obra más alegórica.
En 1962 publica “El Siglo de las Luces” donde juega con tres personajes seducidos
por los bruscos vientos de la revolución francesa. “Concierto Barroco” en 1974
donde nuevamente pone al descubierto sus profundas investigaciones acerca de la
combinación de culturas en Hispanoamérica. “El Recurso del Método” 1974 y “La
Consagración de la primavera” en 1978. Escribió también un ensayo titulado “La
música en Cuba” (1946).
La
narrativa de Alejo Carpentier no mostró en detalle aspectos de la vida de un
personaje en especial, su intención fue cambiar de panorama al lector,
llevándolo a un infinito más amplio. En 1977 se le concedió el Premio
Cervantes.
Gracias, no tenía el placer de conocerlo.
ResponderEliminarUn gusto, para eso estamos.
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