Historia: Es definida como la ciencia que
tiene como objeto de estudio el pasado de la humanidad. Se denomina también
historia al periodo histórico que transcurre desde la aparición de la escritura
hasta la actualidad.
Literatura: Es el arte que utiliza
como instrumento la palabra. Agregado a esto se refiere también al conjunto de
producciones literarias de una nación, de una época o de un género (la literatura
griega, la literatura del siglo XVIII, la literatura fantástica, etc.) y al
conjunto de obras que versan sobre un arte o una ciencia (literatura médica,
literatura jurídica, etc).
Al pasar de los
años la historia ha demostrado que necesita de la literatura cuando se trata de
escribir acerca de algún acontecimiento, recopilar documentos y explicar hechos.
Así mismo la literatura necesita de la historia, porque requiere de temas para
sus escritos, como novelas, poemas, discursos, ensayos, etc. Además los textos que producen los literatos están
influenciados por la época histórica en la que se encuentran viviendo, de modo
que todo escritor debe tener conocimientos históricos, ya sean básicos o
complejos, del tema que está tratando en sus obras. Es decir que la frontera es
tan diminuta que en la mayoría de los casos nos resulta difícil percibirla.
La diferencia entre
la labor del historiador y el literato radica en que frente a un evento de gran
magnitud, un historiador publicará información con base en lo investigado,
mientras que el literato además de publicar lo averiguado añade su opinión
frente al tema. Se debe aclarar que para
el historiador, el interés por la obra literaria es netamente distinto al de un
crítico literario, un historiador de la literatura o un lingüista, porque el
historiador busca el testimonio real de una sociedad, la exposición de
creencias, de unas ideologías que el autor refleja, de manera directa o a
través de sus personajes.
Algunas de las
obras que más relación poseen con la historia son: “Don Quijote de la Mancha”, “Lazarillo
de Tormes”, “Guerra y paz”, “La odisea”, “El nombre de la rosa”, “Don Juan
Tenorio”, “El príncipe feliz y otros cuentos”, “Oliver Twist”, “Tom Sawyer”, “La
Ilíada”, “Ulises”, “El mercader de Venecia”, “El cantar del mío Cid”, “Malinche”,
entre otros.
En conclusión, la
relación literatura-historia consiste básicamente en que la literatura es el
reflejo de la historia, del contexto social que rodea al escritor; la
literatura va de la mano con la historia puesto que sin ella no habría nada
sobre que escribir y la historia no sería tan precisa sin la literatura.
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