En el mundo extenso de las letras, los lectores nos
hemos encontrado con autores que destacan en su historia o relato una o varias
enfermedades que padecen sus personajes y que tienen conexión a lo largo de la
obra hasta el punto de llevarla al extremo inquieto donde su personaje se
destaca por una increíble recuperación o en caso contrario cuando al filo de su
vida arrastra consigo a su familia y amigos cercanos hasta el punto de
consagrarse inmune en el caso fantástico o desgraciado en la peor de las
realidades.
Los escritores a nivel mundial, han recurrido a un
sinnúmero de enfermedades para destacarlas en sus obras como juicios permitidos.
En diversas oportunidades incluyen padecimientos de los que han tenido noticia
a lo largo de su vida o porque alguien muy cercano los ha sufrido y están en
tal punto de capacidad, que son atrevidos en su obra relatándolos con
conocimientos de causa o a través de una profunda investigación, donde se
combine el paciente con la enfermedad para dibujar su historia con palabras que
atraigan los ojos de sus lectores.
En diferentes ocasiones el literato ha escrito grandes
relatos basándose en la moda de un virus o enfermedad letal que ha pasado por todos
los noticiarios del mundo, como exhibiendo cualquier película de terror adquirida
en el mercado negro, como la epidemia que es o por simple moda, donde se busca
que la obra cobre vida en un momento oportuno por el tema tratado en ella. Se
han redactado grandes obras líricas sobre enfermedades como la tuberculosis, enfermedades
venéreas, la lepra, etc, y en la obra de tipo épico han expuesto vastos discernimientos
de la traumatología.
Destaquemos algunas obras que en sus líneas relatan la
enfermedad como punto de referencia, como mensaje o como un simple tema más
entro del escrito:
1. La casa verde, del famoso Mario Vargas
Llosa, escrita en 1965 y donde se destaca el tema de la prostitución en la casa
verde en la ciudad de Piura, trasladándose por diversos sitios para también
relatarnos la significante historia de un sargento rebelde y un contrabandista
de estirpe nipona que sufre una penosa enfermedad. El sargento Lituma pertenece
al grupo de los empedernidos y vividores que esperan que no solamente las
mujeres los amparen, sino que las obligan a trabajar como prostitutas para
conseguirlo. La novela culmina con un personaje consumido por la lepra, pobre y
a merced de alguien que se compadece y lo lleva a su pórtico final; el
leprosorio. No está demás decir que esta novela le significó a Llosa recibir el
premio Rómulo Gallegos en su primera edición de 1967.
Son muchas las historias que relatan todo tipo de enfermedades que rosan desde el personaje principal hasta el más desconocido, por ende es posible apreciar la influencia de todo tipo de enfermedades en las narraciones de diversos estilos literarios, donde sus autores han querido destacarlas como punto clave de su obra.
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