Nuevas Obras...

      7. El hombre que destruía las ilusiones de los niños

Lorenzo Silva, 2013.

Estos relatos fueron escritos a lo largo de veinticuatro años. Aunque en sus inicios no se escribieron pensando en formar parte del mismo libro, todos tienen en común el vistazo a nuestra cruda realidad. Por ello encontramos relatos en los que se habla del respeto por las ilusiones ajenas, de la inutilidad de los bienes materiales, de la supervivencia y la soledad, del dominio que ejercen los que manejan nuestras necesidades, del niño que fuimos y que todos hemos perdido, pero entre toda la crudeza, como en la realidad, mucho humor y ternura. Veintiún relatos que nos harán reflexionar acerca de nuestros valores y los de la sociedad en que vivimos.

      

      8. Fama. Una historia del rumor

Hans-Joachim Neubauer, 2013.

Fama es un ensayo sobre el rumor, que comienza en la antigua Grecia y remata con un debate sobre el tema en la época de la tecnología. De esta manera el autor trata y comenta en este excepcional estudio diferentes ejemplos (La Revolución francesa, internet, las leyendas urbanas, etc…), examina las condiciones que propiciaron que determinados rumores se extendieran y analiza también el modo en que han sido representados tanto en el arte como en la literatura.

9. Ataque de pánico

Jason Starr, 2013.

El psicoterapeuta Adam Bloom vive en una casa lujosa junto a su bella esposa, Dana, y Marissa, su hija. Pero la relación entre Marissa y sus padres está basada en la incomprensión, y entre Adam y Dana las cosas tampoco marchan bien. Una noche, Marissa despierta a su padre para decirle que hay un intruso en la casa. Preso por el pánico, Adam busca el arma que había comprado para cuidar la casa, luego vacía el cargador entero sobre la figura que sube las escaleras. A partir de ese momento, su vida jamás volvió a ser la misma. Difamado por los medios, despreciado y temido por sus compañeros de trabajo y, lo que le es más hiriente, rechazado por su propia familia, Adam emprende un descenso hacia los infiernos en busca de la redención. Y, como si eso fuera poco, el ladrón abatido tenía un cómplice, que busca venganza.